1
Introducción
La aplicación mediante pulverización de productos
fitosanitarios sobre las plantas cultivadas se puede considerar una técnica de
elevada precisión, que ha alcanzado un alto nivel de desarrollo, que exige,
para realizarla con la calidad que solicita la agricultura actual, un profundo
conocimiento de los principios en los que se fundamenta.
El conocimiento de los referidos principios obliga a un claro
entendimiento del funcionamiento de las máquinas pulverizadoras y de los
elementos que las constituyen, así como de la influencia del tamaño y de la
homogeneidad de la población de las gotas que producen en la eficiencia del
producto.
En este trabajo se estudia la influencia de la presión de
trabajo usada en el tamaño medio de las gotas producidas por las boquillas de
la máquina, y la de éste en el recubrimiento conseguido de la superficie del
vegetal sobre el que se aplica, en la eficiencia de las aplicaciones y en la
deriva.
En él también se presenta la influencia de la homogeneidad de
la población de gotas en el volumen de líquido necesario por hectárea de
cultivo pulverizada, y por último se explica como han evolucionado las
máquinas, teniendo en cuenta los principios en los que se basa su trabajo, para lograr la máxima rentabilidad en la
aplicación de productos químicos.
2 marco teorico
Diversos son los factores que han contribuido a la
Mecanización de la Agricultura.
De entre ellos, los que más han incidido son, sin duda, la
reducción de la mano de obra y la mayor productividad.
Del significado de la reducción de la mano de obra, por las
circunstancias actuales, todos estamos sensibilizados. Está claro que la
evolución social ha llevado a abandonar un trabajo arduo, estacional y que requiere
un gran esfuerzo físico, cambiándolo por otros menos duros que el puramente
agrícola.
La mayor productividad exige la realización de determinadas
prácticas culturales en el momento justo y con la precisión adecuada, gracias a
las cuales aumenta la cosecha y bajan los costes de producción.
Mientras que la necesidad de reducción de la mano de obra es
patente, y todo el mundo, incluso los menos avezados en las prácticas
agrícolas, está concienciado de ella, la de ciertas practicas de cultivo que
exigen precisión y puntualidad en su ejecución, no son tan evidentes, incluso
para los usuarios de tales faenas: agricultores y técnicos.
Entre las prácticas culturales de precisión, algunas, como es
el caso de la siembra, no exigen en su ejecución un elevado nivel de
conocimiento de sus principios, y para su realización basta con adaptarse a las
recomendaciones dadas al respecto. En cambio otras, como es la aplicación de
productos fitosanitarios, requieren una amplia gama de conocimientos
medioambientales, biológicos, agronómicos y mecánicos, que no actúan
independientemente, sino que han de ser simultáneamente conjugados.
Por ello, para ejecutar con solvencia esta técnica, es
necesario, además de tener en cuenta sus repercusiones medioambientales, el
estudio de las plagas y enfermedades y su relación con el cultivo al que
afectan, así como el de los principios de funcionamiento de las máquinas de
aplicación de productos fitosanitarios.
Esta premisa, que ha sido y sigue siendo ampliamente
aceptada, es lo que ha hecho que la aplicación mediante pulverización de
productos fitosanitarios haya evolucionado y cambiado, hasta el punto que
muchas de sus lacras más profundas han desaparecido, o están en vías de
hacerlo. Tal es el caso de la aplicación de grandes volúmenes de líquido por
hectárea, que superaba incluso los 1000 l/ha, o los problemas de deriva, con
sus consiguientes riesgos de contaminación ambiental y de peligro para las
personas, para los animales y para otros cultivos.
Tanto agricultores como técnicos ya no admiten aquello de las
cosas son como son, y tratan de evitar o al menos reducir los problemas que, en
otras épocas, la aplicación de productos fitosanitarios han producido.
Se puede considerar que la aplicación de productos es una
técnica cada vez más desarrollada, cada vez más precisa y cada vez más
correcta, que tiene en cuenta los riesgos y los beneficios de su utilización, a
la que se han colgado unos sambenitos ingratos y desafortunados que no son otra
cosa que anacronismos que es preciso abandonar, y que gracias a ella ha
desaparecido de la mente de los agricultores la ansiedad que suponía la
posibilidad de ver cercenada su cosecha en cantidad y/o calidad por los fatales
efectos de los enemigos naturales de sus cultivos.
Agricultores y técnicos, por su pervivencia en unos casos y
por su reputación en otros, han aprendido a usar precisas técnicas de
aplicación de productos fitosanitarios para defender los cultivos, cuyo uso es
hoy tan necesario para la agricultura como lo son las vacunas para los hombres.
Aunque ha habido notables progresos aún no se ha llegado al
final. Potenciar ideas y trabajos que aporten soluciones y contribuyan a
mejorar la calidad de vida es necesario, mientras que propugnar su abolición,
cuando como solución sólo se ofrecen naderías que, por falta de consistencia y
de miras, rayan en el infantilismo, sólo crea frustración.
La investigación de nuevos productos y la mejora de las
técnicas de aplicación son imperativos que no pueden dejar de ser atendidos
para mantenernos entre los países más prósperos. Salir de ella sería recorrer
un camino a ninguna parte que, además, sin saber ni como, ni cuando, puede ser
interrumpido sin posibilidad de volver atrás.
Este trabajo, dedicado al estudio de la tecnología de la
aplicación mediante pulverización de productos fitosanitarios se ha
desarrollado teniendo en cuenta los aspectos medioambientales, biológicos,
agronómicos y mecánicos que es preciso considerar para hacer las aplicaciones
con la precisión y puntualidad que exige la Agricultura actual.
antecedentes
El término producto fitosanitario, que es un concepto muy
amplio, engloba todas las sustancias destinadas a la protección de los cultivos
y, según la finalidad que persigan, pueden ser insecticidas, acaricidas,
herbicidas, fungicidas, bactericidas, nematicidas, rodenticidas y
molusquicidas.
Desde el punto de vista del agricultor, las características
más importantes de los productos fitosanitarios son su eficacia, su tenacidad,
su toxicidad, su fitotoxicidad y su compatibilidad con otros productos.
Aunque la mayoría de las veces el éxito o el fracaso
conseguido cuando se aplican productos fitosanitarios en la defensa de las
plantas cultivadas, se atribuye fundamentalmente a la calidad de la materia
activa utilizada y es frecuente culpar a los fabricantes del producto o a los
comerciantes del fracaso y olvidar que, además de a la materia activa, es
preciso considerar la época de aplicación, el estado de desarrollo del problema,
la calidad en la ejecución de la aplicación y a su oportunidad. El conjunto de
factores mencionados, adecuadamente conjugados, son los que determinan
precisamente la eficiencia de la aplicación.
En general, con la pulverización se debe buscar depositar las
gotas de forma que cubran estratégicamente los puntos de infección, potenciales
o establecidos, de manera que la materia activa pueda ejercer su acción
protectora o curativa.
Cuando se hace la aplicación de un producto fitosanitario se
debe tender a evitar el goteo y la deriva del producto, a conseguir la mayor
eficacia del producto, a buscar una rápida ejecución del trabajo, a utilizar
maquinaria ligera y económica y a disminuir riesgos de toxicidad.
Antes, para conseguir la cubrición total de las plantas se
aplicaban con volúmenes muy elevados de líquido fitosanitario por hectárea,
tanto mayores cuanto más grande era el tamaño de las gotas pulverizadas y menor
el poder mojante del líquido. En cambio hoy, para alcanzar una buena cobertura
de las plantas, se sabe que es esencial usar gotas de tamaño reducido y
homogéneo, y que deben evitarse tanto las gotas excesivamente grandes, porque
representan un elevado porcentaje del volumen de caldo, como las excesivamente
pequeñas, pues pueden ser arrastradas por el viento y no alcanzar el objetivo
previsto.
3
Aplicación
MÉTODOS GENERALES DE APLICACIÓN DE
FITOSANITARIOS
Los métodos de aplicación de
fitosanitarios dependen del medio que sustenta (vehículo) el producto
fitosanitario, sólido, líquido o gaseoso. Destacan los líquidos por su fácil
manipulación, aplicación y dosificación en campo. Así tenemos los siguientes
métodos de aplicación:
v
Espolvoreo. Distribución de un plaguicida en forma de polvo utilizando una
corriente de aire. Esta corriente a su paso por el depósito arrastra parte del
producto y lo distribuye en la planta.
v
Pulverización. Distribución de plaguicidas en forma de líquido, depositándose en los
vegetales en forma de pequeñas gotas.
v
Fumigación. Aplicación en forma de gas. Este tipo de tratamientos suelen estar
reservados a personal especializado.
v
Cebos. Consiste en colocar determinados preparados para atraer o repeler
parásitos, roedores, etc.
v
Aplicación de determinados
productos junto al agua de riego.
v
Incorporación al suelo de determinados fitosanitarios en forma sólida o granulada.
4. PULVERIZADORES
Son máquinas formadas por un depósito
con agitadores que mantienen en íntima unión el producto y el agua y por una
bomba que obliga al agua a salir a través de las boquillas, fragmentándola en
gotas de un diámetro del orden de 150 micras y dispersándolas sobre el terreno
o plantas. El gasto oscila en estos tratamientos de 500 a 1300 litros por
hectárea, dependiendo del producto, densidad de la plantación, etc. La
pulverización se puede clasificar según su origen en:
Tabla 1. Tipos de pulverización según su origen
|
||||
TIPO
|
CAUSA
|
APORTACIÓN DE ENERGÍA
|
TRANSPORTE DE GOTAS
|
DENOMINACIÓN DEL EQUIPO
|
Hidráulica
|
Presión del líquido a través de un pequeño orificio
|
Bomba
|
Energía cinética de las gotas
|
Pulv. Hidráulico
|
Hidroneumática
|
Presión del líquido y corriente de aire
|
Bomba y ventilador de flujo axial
|
Flujo de aire
|
Pulv. Hidroneumático
|
Neumática
|
Depresión y choque de una corriente de aire a gran velocidad
|
Ventilador centrífugo
|
Flujo de aire
|
Pulv. neumático
|
Centrífuga
|
Fuerza centrífuga
|
Motor eléctrico o eólico
|
Energía cinética de las gotas
|
Pulv. centrífugo
|
Térmica
|
Depresión por corriente de gas caliente
|
Motor de explosión
|
Formación de niebla
|
Termonebulizador
|
Electrostática
|
Sistema hidráulico o neumático
|
Campo eléctrico
|
4.1. El pulverizador hidráulico
La pulverización se realiza por presión
del líquido impulsado por la bomba. El peso del líquido a presión a través de
la boquilla de pulverización produce gotas de diámetros diferentes, según la
presión de trabajo y el tipo de boquilla que se utilice. Se ajustan a todo tipo
de tratamientos y son los más empleados. El tamaño de gota oscila entre 250 y
1000 micras, como queda reflejado en la tabla siguiente:
Tabla 2. Clasificación de las
pulverizaciones según el tamaño de las gotas
|
|
Diámetro volumétrico medio de las gotas
(micras)
|
Clasificación del tamaño de las gotitas
|
< 50
|
Aerosol
|
51 - 100
|
Niebla
|
101 - 200
|
Pulverización fina
|
201 - 400
|
Pulverización gruesa
|
> 400
|
Pulverización gruesa
|
4.2. Partes de un pulverizador
4.2.1. Bombas.
La bomba se puede considerar como el
corazón de la máquina, es la encargada de absorber el caldo del depósito y
lanzarlo hacia las boquillas a una presión determinada. En el mercado se pueden
encontrar diversos tipos de bombas: de pistón, de pistón-membrana, de membrana,
de rodillo y de engranaje.
Las bombas de rodillo y engranajes no se deben utilizar en pulverizadores
hidráulicos, ya que al tener un gran desgaste no garantiza el caudal de
impulsión al aumentar la presión. Hay un factor muy importante ligado a las
tres primeras bombas, que es el calderín de la compensación de impulsiones que
amortigua la depresión que se produce en el circuito hidráulico.
4.2.2. Depósitos.
Se pueden encontrar distintos tipos de
depósitos:
- Metálicos. Sufren problemas de
corrosión.
- Polipropileno. Son los más empleados ya
que no se degradan ni dejan residuos en las paredes.
- Fibra
de vidrio + resina. Dejan residuos en las paredes.
4.2.3. Agitadores.
Elemento fundamental para conseguir
buena homogeneidad del líquido. Existen distintos tipos de agitadores:
- Hidráulicos. Son los más frecuentes, a
veces se acopla una boquilla inyectora que efectúa el efecto venturi y
mejora la agitación. Sólo se recomienda en depósitos inferiores a 800
litros.
- Mecánicos. Se accionan por el mismo
sistema que acciona la bomba, están compuestos por un eje dotado de
paletas que se encargan de homogeneizar la mezcla. Se emplean en depósitos
superiores a 800 litros.
- Mecánicos-Hidráulicos. Son los que presentan las
ventajas de los dos anteriores, se suelen utilizar en depósitos
arrastrados o de gran capacidad.
4.2.4. Filtros.
Son elementos imprescindibles en
cualquier sistema de pulverización. Su función es la de captar y eliminar todas
las partículas sólidas que pueda llevar el caldo de tratamiento que tengan
mayor diámetro que el orificio de salida de las boquillas.
Si los filtros no son eficaces, se producirán obstrucciones totales o parciales en las boquillas, originando un reparto irregular del producto sobre el terreno. Todo equipo de pulverización debe llevar filtro como mínimo en tres sitios: en la boca de entrada del depósito, en la aspiración de la bomba y en la impulsión de la bomba.
Los filtros generalmente están compuestos de una malla de tejido metálico con orificios de menor tamaño que el de la boquilla que se esté utilizando en ese momento.
Si los filtros no son eficaces, se producirán obstrucciones totales o parciales en las boquillas, originando un reparto irregular del producto sobre el terreno. Todo equipo de pulverización debe llevar filtro como mínimo en tres sitios: en la boca de entrada del depósito, en la aspiración de la bomba y en la impulsión de la bomba.
Los filtros generalmente están compuestos de una malla de tejido metálico con orificios de menor tamaño que el de la boquilla que se esté utilizando en ese momento.
4.2.5. Reguladores de
presión.
Es una llave de
retorno que deja pasar el líquido al depósito en función de la presión que
tenga el circuito, es regulable para aumentar o disminuir la presión.
4.2.6. Manómetros.
Se encuentra situado
en la tubería de impulsión de la bomba y tiene por misión indicar en todo
momento la presión del líquido en ese punto. De su buen funcionamiento depende
la correcta dosificación de la máquina. Una presión errónea conlleva un tamaño
de gota diferente al deseado y una dosis de producto diferente a la calculada,
que si es baja puede hacer ineficaz el tratamiento, y si es alta producir daños
e incluso la muerte del cultivo.
La comprobación de los manómetros es necesario realizarla frecuentemente, siendo el error máximo inferior al 0,6%. Cada 1/4 kg/cm2 de error en la presión la dosis por hectárea varía de un 5 a un 6%.
La comprobación de los manómetros es necesario realizarla frecuentemente, siendo el error máximo inferior al 0,6%. Cada 1/4 kg/cm2 de error en la presión la dosis por hectárea varía de un 5 a un 6%.
4.2.7. Boquillas.
Las boquillas son los elementos fundamentales que
influyen en la uniformidad de la distribución, tamaño de las gotas, uniformidad
de dicho tamaño en el tiempo a lo largo de todo tratamiento, etc. Las funciones
que desarrollan las boquillas son:
- Romper la vena líquida que circula por los
conductos y convertirla en gotas de pequeño tamaño.
- Limitar la cantidad de líquido que sale según la
presión que le suministran los equipos de bombeo.
- Imprimir al chorro de gotas una determinada
dirección y forma que será en función del tipo de boquilla utilizada.
Las boquillas se
montan sobre lanzas o barras distribuidoras, y en los atomizadores se disponen
periféricamente respecto al ventilador que se encarga de impulsar y transportar
las gotas. Las boquillas se desgastan con su uso, lo que afecta a la formación
y distribución de las gotas, por lo que es necesario comprobar frecuentemente
su estado y reemplazar aquellas que estén desgastadas.
Cada tipo de boquilla tiene unas determinadas peculiaridades, por lo que deben elegirse en función del tratamiento a realizar. Los cuatro tipos de boquilla más frecuentes son:
Cada tipo de boquilla tiene unas determinadas peculiaridades, por lo que deben elegirse en función del tratamiento a realizar. Los cuatro tipos de boquilla más frecuentes son:
- De abanico o ranura. El
orificio de estas boquillas tiene forma de ranura, y la pulverización se
consigue al chocar dos láminas de fluido. El chorro proyectado tiene forma
de abanico o pincel, con menor número de gotas en los extremos que el en
centro. Realizan una pulverización bastante eficaz y una penetración
bastante aceptable. No precisan de gran presión de trabajo: 1,5-4 kg/cm2.
Para conseguir una buena uniformidad en el reparto de los chorros será
preciso un solape.
- De turbulencia o de cono. El
elemento fundamental de estas boquillas es el disco con perforaciones
oblicuas que harán que el líquido siga una trayectoria circular en el
interior de la cámara de turbulencia. Este movimiento se mantiene después
de salir por el orificio circular de la placa de pulverización. Por ello,
la proyección será un cono en el espacio, mientras que el suelo será un
anillo. Son las más empleadas y precisan de una presión de trabajo de 3-5
kg/cm2. Pueden ser de cono lleno o de cono hueco. Las de cono hueco
producen gotas de menor diámetro que las de cono lleno, dispersándose en
un ángulo más abierto.
- De espejo. El líquido sale a través
de un orificio calibrado de pequeña dimensión; frente a él se encuentra
una superficie inclinada contra la que choca el chorro rompiéndose en
infinidad de gotas que salen proyectadas hacia el suelo. Produce gotas de
gran tamaño. la presión de trabajo está entre 0,5 y 2 kg/cm2.
- Descentradas o de impacto. Estas
boquillas pulverizan el líquido y lo proyectan hacia un lado. La imagen de
pulverización que proyectan es irregular. Las gotas suelen ser poco
uniformes, predominando las gruesas, dispersándose en un ángulo bastante
grande. requieren una presión baja de 0,5-2,5 kg/cm2.
Los tipos de boquillas
recomendadas según las aplicaciones a realizar se resumen en el cuadro
siguiente:
Tabla 3. Tipos de boquillas recomendadas según
aplicaciones
|
|||||||||
Aplicaciones/tipos de boquillas
|
Abanico 110%
|
Abanico 80%
|
Cono hueco
|
Espejo
|
Cónica sin difusor
|
Abanico regular
|
Abanico descentrada
|
Cono lleno
|
Rotatoria o centrífuga
|
Fungicidas, insecticidas y acaricidas
|
A
|
A
|
R
|
N
|
N
|
P
|
P
|
R
|
R
|
Herbicidas presiembra preemergencia
|
R
|
R
|
N
|
A
|
P
|
A
|
P
|
N
|
A
|
Herbicidas de postemergencia
|
R
|
R
|
P
|
N
|
N
|
A
|
P
|
P
|
R
|
Herbicidas entre líneas de cultivo
|
R
|
R
|
P
|
A
|
N
|
N
|
N
|
P
|
N
|
Abonos fluidos, solución sobre suelo desnudo
|
R
|
R
|
N
|
R
|
P
|
A
|
P
|
N
|
N
|
Abonos fluidos, solución sobre vegetación
|
P
|
P
|
N
|
P
|
R
|
P
|
P
|
N
|
N
|
Abonos fluidos en suspensión
|
N
|
N
|
N
|
R
|
N
|
N
|
P
|
N
|
N
|
Fumigaciones de suelo
|
N
|
N
|
N
|
P
|
R
|
N
|
N
|
N
|
N
|
Repartición sobre suelo
|
R
|
A
|
N
|
A
|
A
|
A
|
P
|
N
|
N
|
Penetración vegetación
|
A
|
A
|
R
|
P
|
N
|
P
|
P
|
R
|
A
|
Arrastre por viento o deriva
|
A
|
A
|
N
|
R
|
R
|
A
|
A
|
N
|
A
|
Sensible a variaciones en altura de barra
|
R
|
P
|
N
|
R
|
R
|
P
|
P
|
N
|
A
|
Sensible a obstrución
|
P
|
P
|
A
|
R
|
R
|
P
|
A
|
A
|
P
|
Penetración en ruedo de árboles
|
P
|
N
|
N
|
P
|
N
|
N
|
R
|
N
|
A
|
R: Empleo recomendado con resultados
óptimos
A: Empleo aceptable P: Empleo no aconsejado pero posible en ciertos casos N: Empleo totalmente desaconsejable |
5 Los atomizadores
constituyen
las máquinas más extendidas en la protección fitosanitaria de plantaciones
frutales. Se les denomina pulverizadores a presión de chorro transportado, pues
son máquinas que realizan la pulverización por presión del líquido de
tratamiento, el cual sale por varias boquillas, facilitándose el transporte de
las gotas hasta el objetivo por medio de una corriente de aire auxiliar,
generada por un ventilador.
El conjunto de elementos que constituyen estas máquinas es
semejante al de las de chorro proyectado, pero la barra portaboquillas es de
construcción diferente y poseen, además, un potente ventilador que impulsa el aire, el cual, cargado de gotas, usando
una superficie deflectora de posición variable, es convenientemente dirigido.
La figura siguiente muestra un atomizador del tipo
semisuspendido, en el que puede apreciarse la barra portaboquillas, con la
conformación característica para estas máquinas, y el ventilador helicoidal.
Estas máquinas pueden utilizar gotas de tamaño más reducido
que los pulverizadores pues, gracias al arrastre generado por el ventilador,
penetran más eficazmente en todo el volumen foliar y alcanzan mejor su
objetivo.
6 Los
nebulizadores
son máquinas que realizan la
pulverización del líquido aprovechando el efecto Venturi producido por el aire
que un potente ventilador de tipo centrífugo, envía con velocidad próxima a 400
Km/h,, por una o varias tuberías en las que en un estrechamiento se coloca un
tubo surtidor, conectado al depósito de líquido fitosanitario, por el cual
sale, y al chocar con la corriente de aire, es finamente pulverizado.
Su funcionamiento recuerda al carburador de los motores
alternativos y el pequeño tamaño de las gotas producidas permite que el volumen
de caldo por hectárea necesario para realizar una buena cobertura de las
plantas sea muy reducido.
Sus principales ventajas radican en su gran capacidad para
que la población de gotas alcance su objetivo, en las reducidas pérdidas de
producto y en el bajo volumen de líquido fitosanitario por hectárea que
necesitan para lograr un buen recubrimiento de la superficie a la que es
dirigida la población de gotas.

De todos los constituyentes de los tres tipos de máquinas
presentados, los elementos esenciales son las boquillas pulverizadoras, cuya
misión es realizar la división y emisión del caldo de tratamiento,
transformándolo en gotas finas y homogéneas.
Para elegir las boquillas, es preciso tener en cuenta, además
del tipo de tratamiento, el tipo de cultivo, las características del producto,
la homogeneidad de la población de gotas y su resistencia al desgaste.
Según sus características constructivas, las boquillas pueden
ser de hélice, de hendidura, de espejo, filar y de difusor centrífugo.
· Las boquillas de hélice, someten el líquido a una rotación que produce
un chorro cónico, en unos modelos lleno de gotas o hueco en otros. Su campo de
utilización, muy variable, permite usarlas tanto para insecticidas como para
tratamientos anticriptogámicos, y tanto en cultivos de porte bajo como en árboles
frutales.
· Las boquillas de hendidura, también llamadas de chorro plano, emiten
una población de gotas que tiene forma de pincel. Sólo tienen una pieza con la
que se consigue dar a la vena líquida la forma deseada, la cual posee una
hendidura de forma rectangular o elíptica por la que al pasar el líquido toma
la forma que las caracteriza.
Su campo de utilización es muy variable y pueden ser
adecuadas para los tratamientos con fungicidas, insecticidas y herbicidas.
· Las boquillas de espejo producen la pulverización obligando a chocar
una vena líquida contra una superficie plana perfectamente pulimentada.
Su campo de utilización es adecuado para los tratamientos con
herbicidas, si bien, se puede ampliar al de los abonados foliares líquidos, y
si el diámetro de su orificio de salida es suficientemente grande se pueden
aplicar al esparcimiento de abonos en suspensión.
· Los difusores centrífugos rompen el líquido fitosanitario en finas y
homogéneas gotas merced a la fuerza centrífuga por un disco, accionado por un
motor eléctrico que gira a gran velocidad angular.

El campo de aplicación de este tipo de
difusor es fundamentalmente el de parcheo para la aplicación de herbicidas en
plantaciones de árboles frutales.
En las boquillas se colocan sistemas antigoteo que permiten, después
de detener la pulverización, evitar que el caldo contenido en las tuberías
continúe saliendo durante un cierto tiempo.
7 Galería de fotos
Tipos de pulverizador:
Tipos de atomizadores
Tipos de
nebulizador
8 Conclusiones
· Aunque hay otros métodos de
aplicación de productos fitosanitarios, la pulverización es, sin duda, la
técnica más empleada y, por tanto, más estudiada.
· La aplicación mediante
pulverización de productos fitosanitarios es una técnica en la que han
desaparecido sus lacras más profundas, y que ha cambiado la actividad del
agricultor hasta el punto que hoy es tan necesaria para la agricultura como son
las vacunas para el hombre.
· La aplicación mediante
pulverización de productos fitosanitarios es una técnica de elevada precisión,
que para su utilización requiere la conjunción de conocimientos
medioambientales, biológicos, agronómicos y técnicos.
· La técnica de aplicación
mediante pulverización de productos fitosanitarios permite, gracias a los
estudios relativos al tamaño de gota, reducir las cantidades de líquido
aplicadas y mejorar la eficiencia de los productos.
· La población de gotas
producidas debe tener, además del tamaño adecuado, una gran uniformidad,
debiéndose evitar la producción de gotas excesivamente gruesas.
· Cada vez son más y más
efectivos los implementos que se desarrollan para reducir los efectos de la
deriva de las pequeñas gotas producidas durante la pulverización.
· En las máquinas
pulverizadoras es posible determinar la presión de trabajo necesaria para
lograr un determinado porcentaje de recubrimiento de suelo o planta.
· Para una correcta
aplicación de productos fitosanitarios se recomienda el entendimiento de los
principios expuestos y el conocimiento detallado de las características
técnicas de las máquinas de pulverización. Sólo así se podrán hacer trabajos
con la calidad que solicita la agricultura actual.
9 BIBLIOGRAFÍA
LAGUNA, A. 2000. Maquinaria agrícola.
Construcción, funcionamiento, regulaciones y cuidados. Ed. Mundi-Prensa.
Madrid. 361 pp.
LÓPEZ, M. et all. 1997. Aplicación de plaguicidas. Servicio de Formación Agroalimentaria. Dirección General de Investigación y Formación Agraria. Ed. Consejería de Agricultura y Pesca.Córdoba. 112 pp.
MÁRQUEZ, L. Elija un buen equipo de pulverización. Terralia Año III nº 6. 29-32.
MÁRQUEZ, L. Pulverizadores manuales. Terralia Año III nº 7. 26-28.
ORTÍZ-CAÑAVATE, J. 1995. Las máquinas agrícolas. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 464
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